El departamento del Amazonas, se localiza en el extremo Suroriental del país, y sus territorios hacen parte de la región de la Amazonía. Cuenta con una superficie 109.665 Km², lo que representa el 9.61% del territorio nacional, convirtiéndolo en el departamento más grande de Colombia y es casi en su totalidad selva semivirgen. Su capital es la ciudad de Leticia; el nombre del departamento procede del nombre del gran río Amazonas.
Hay numerosas razones ambientales para cuidar el Amazonas, pero hay que entender que significa cada árbol plantado para una comunidad indígena, los árboles dan cobijo a los animales, regulan la fertilidad del suelo y son vitales para combatir la crisis climática, absorben gases de efecto invernadero y además representan un tesoro sagrado para estas comunidades por sus propiedades curativas y significados espirituales.
Para la cosmogonía indígena amazónica, uno de los principios básicos para el manejo del territorio es la reciprocidad. Para lograr el equilibrio y armonía, es necesario negociar con los seres sobrenaturales, un acto de intercambio en el que todo lo que ofrecen será compensado en igualdad de condiciones. La cosmología indígena de los pueblos indígenas abarca tanto su forma de pensar y concebir el mundo (cuyo origen es la creación).

Las plantas sagradas son fundamentales para interconectarse y negociar con los seres espirituales, sus elementos son fuente de energía especial y sin ellas no fluiría la comunicación.
Agrocampo ha logrado diferenciarse durante años, está asentada en la capital Colombiana: Bogotá, a 2600 metros sobre el nivel del mar; y desde allí decidieron aportar al cuidado del medio ambiente, por medio de la campaña Salvemos el Amazonas, de la mano de Saving the Amazon; una ONG dedicada a la conservación de la Amazonía por medio de la siembra de árboles con la comunidad indígena de Tayazú.
Agrocampo tomó la incentiva de ir hasta las profundidades de la selva, conocer y dar fe de lo que hay detrás de cada árbol sembrado y lo que significan para toda su comunidad.
La comunidad de Tayazú, ha estado acompañado la siembra de 501 un árboles de la campaña Salvemos el Amazonas, esta comunidad pertenece a la etnia Wanano y está ubicada a tres horas de Mitú, los árboles fueron sembrados en el Gran resguardo indígena de Tayazu en Mitú.
Esta comunidad ha luchado durante años contra la deforestación, son conscientes que esto trae consecuencias ambientales e impactos negativos. Los bosques y la naturaleza son territorios de vida y las comunidades indígenas las entienden como tal. Por eso las costumbres, historias y relaciones, se ven destruidas y afectadas cuando una zona es deforestada.
La clase de árbol que fue sembrado se llama Molinillo, es un árbol de la familia de las magnoliáceas, endémico de los bosques de la cuenca del río Cauca, en Colombia, entre los 1.700 y los 2.200 m de altitud.
Árbol que alcanza de 18 a 35 metros de altura y de 50 a 70 cm de diámetro, pero su utilización para fabricar postes hace que sea raro encontrar ejemplares de más de 5 cm de diámetro. Esta especie es exclusiva de Colombia, se distribuye en el valle geográfico del río Cauca desde 1.700 hasta 2.600 msnm en las zonas de vida bosque húmedo montano y bosque húmedo premontano.
Los miembros de la comunidad de Tayazú son expertos constructores, apreciados por las comunidades vecinas debido a su gran habilidad en la construcción de viviendas y malocas, combinando lo moderno y lo ancestral en sus estructuras.

Según el informe de la ONU: «El área forestal del planeta continúa disminuyendo, el mundo ha perdido 178 millones de hectáreas de bosques desde 1990. Sin embargo, el ritmo de deforestación se ha reducido significativamente entre 1990 y 2020 por la disminución de la tala en algunos países».
Sin lugar a dudas, es uno de los lugares más esplendorosos de Colombia, es realismo mágico; tal y como citaba Gabriel García Márquez, y esto no es solo debido a su gran riqueza natural, sino a su inmensa cultura llena de sabiduría, la cual ha logrado perdurar a través del tiempo.