Por estos días se llevó a cabo un conversatorio en un espacio universitario en el que participaron la Secretaría de la Mujer, ONU Mujeres y las directivas universitarias con el fin de abordar temas referentes a las violencias basadas en género dentro de la universidad, así como las “masculinidades corresponsables”.
Que importante nos parece que se ponga este tema en todos los escenarios posibles, incluyendo claro está el académico. La violencia de género es un flagelo terrible que debe ser abordado desde todos los sectores de la sociedad, pues los efectos de este tipo de violencia acaba derivando en otras formas de violencia que tienen un impacto devastador. Según ONU Mujeres Colombia, en las últimas décadas el país ha alcanzado importantes conquistas en relación a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, si bien aún hay brechas relevantes por reducir. Como este flagelo afecta a la sociedad en su conjunto, es necesario que los ciudadanos aportemos para prevenirlo, para contrarrestarlo y defender a las víctimas, que a veces lo único que necesitan es de alguien que las ayude. Reconocer la violencia puede ser difícil, por lo que si algún familiar o conocida se anima a contarte su experiencia hay que escuchar. Cuando una mujer o una niña -a quienes se les hace más difícil- comparte su historia, está dando el primer paso para romper el ciclo de maltrato. ¡Toda forma de violencia debe ser denunciada, no debe quedar impune! Aquí, es muy importante recordarle que la culpa no es suya, ni de la ropa que llevaba, de su edad o del lugar donde estaba al momento del ataque. ¡El agresor es el culpable!
Haz frente a la idea de que las mujeres deben evitar situaciones que se perciban como “peligrosas” o limitar su estilo de vida para evitar ser violentadas. ¡Luchemos contra los estereotipos y estándares machistas de la sociedad!
Lamentablemente, no muchas personas son conscientes de las imposiciones machistas que persisten en nuestra sociedad hoy. Una excelente manera de ayudar a prevenir la violencia es la educación, por eso puedes empezar con tus familiares para luego llegar a más personas dentro de tu comunidad. Hablar sobre el consentimiento, el impacto de la violencia y cómo intervenir de manera segura, son algunos de los puntos más importantes que puedes abordar. ONU Mujeres recomienda “iniciar conversaciones sobre los roles de género a una edad temprana y cuestionar las características tradicionales asignadas a hombres y mujeres. Señalar los estereotipos a los que se enfrentan constantemente y hacerle saber a los niños y niñas que no hay nada malo en ser diferente”.
