Una nueva y poderosa ola migratoria se cierne sobre América Latina. Según el más reciente Informe Social del Venezolano, hasta 4,7 millones de personas podrían abandonar Venezuela antes de octubre de 2025, impulsadas por una profunda desilusión política, el colapso económico y la falta de esperanza en un cambio de gobierno. Venezolanos se van: Colombia deberá recibir a millones de migrantes.
Colombia, que ya alberga a más de 2,8 millones de migrantes y refugiados venezolanos, aparece como el segundo país más elegido para establecerse, solo detrás de España. Sin embargo, el 46,5 % de los venezolanos asegura que emigrará en menos de seis meses, lo que convierte esta ola en una de las más grandes y rápidas jamás registradas.
“La esperanza se apagó. Si ya ni con votos se puede salir de esto, me voy por mis hijos”, declaró uno de los encuestados.
Colombia, ¿lista para recibir a otros millones?
Expertos y organizaciones advierten que Colombia no está preparada para afrontar una migración de esta magnitud en tan corto tiempo. La falta de políticas migratorias robustas, la crisis financiera de Migración Colombia y la disminución de cooperación internacional, especialmente de USAID, agravan el panorama.

Ronal Rodríguez, vocero del Observatorio de Venezuela, afirma:
“Colombia perdió capacidad institucional en los últimos dos años y medio. No existen herramientas efectivas para una migración ordenada y digna”.
Aunque el país cuenta con el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV) y el Permiso Especial de Permanencia (PEP), se teme que la infraestructura migratoria y social esté al límite, especialmente si se mantiene la tendencia de ingreso por vías informales o sin documentación.
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Migración por desesperanza política, no solo económica; venezolanos se van: Colombia deberá recibir a millones de migrantes
A diferencia de olas migratorias anteriores, esta está motivada principalmente por el desencanto político, tras la permanencia de Nicolás Maduro en el poder. La frustración por el fracaso de un cambio democrático ha reemplazado el hambre y la hiperinflación como principal motor de salida.
La encuesta revela que solo el 13 % de los venezolanos cree que habrá un cambio electoral. Además, el 53 % asegura que su situación económica ha empeorado respecto al año anterior, mientras que el 40 % no tiene un empleo formal.
Una diferencia clave de esta ola es el enfoque estratégico y silencioso con el que los ciudadanos planean migrar, para evitar trámites largos o el riesgo de deportación.
La presión migratoria también se explica por los cambios en las políticas de países receptores. Mientras Estados Unidos intensifica deportaciones exprés, Colombia se convierte en una opción más cercana, viable y culturalmente familiar, aunque con grandes desafíos internos.