En una nueva denuncia pública, la líder social Sandra Rivera alzó su voz en representación de cientos de usuarios del transporte público colectivo de Villavicencio, evidenciando una larga lista de inconformidades con el servicio que prestan las empresas de transporte, especialmente Unirutas, y la aparente falta de control por parte de la Secretaría de Movilidad.
Durante una intervención ante líderes comunitarios y medios locales, Rivera relató con detalle las múltiples problemáticas que aquejan a los usuarios del sistema: aumento en las tarifas sin una mejora proporcional en la calidad del servicio, buses deteriorados, sucios y con fallas mecánicas, incumplimiento de horarios, rutas que desaparecen sin previo aviso y un trato poco respetuoso por parte de algunos conductores. “Subieron el pasaje 600 pesos en menos de un año, pero no hay mejoras. Hay buses que parecen chimeneas, otros que se llenan tanto que uno va sancochado”, afirmó la líder.
Uno de los reclamos más constantes fue la falta de control por parte de la Secretaría de Movilidad. Rivera cuestionó que, mientras los operativos de tránsito parecen concentrarse en vehículos particulares o motocicletas, los buses del sistema colectivo rara vez son detenidos para revisión. “¿Dónde están los controles? No he visto la primera colectiva que paren en un retén. Algunas parecen chimeneas y ni así las revisan”, cuestionó.
La denuncia también incluyó la ausencia de rutas en horarios nocturnos, un problema que afecta especialmente a sectores como San Antonio, Manantial, Nueva Colombia y Catumare, donde después de las 7:00 p.m. el servicio desaparece, obligando a los ciudadanos a recurrir a medios alternativos como Uber o mototaxis. “Y luego critican que uno use Uber. Pero si después de las siete no pasa ni una sola colectiva, ¿qué le toca a uno?”, dijo Rivera.
Asimismo, la líder social denunció que algunas rutas como la conocida como “tabla amarilla”, que cubre zonas de clínicas y hospitales, incumplen sus horarios de paso. Los usuarios han reportado esperas de hasta 45 minutos, lo cual afecta gravemente a quienes deben llegar a citas médicas o turnos laborales.
Además, Rivera propuso medidas concretas para mejorar el servicio, como la instalación de códigos PQR visibles dentro de los buses para facilitar las denuncias de los usuarios, la presencia de inspectores en las rutas para verificar el cumplimiento de los itinerarios, y la exigencia de condiciones mínimas de calidad como limpieza, funcionamiento de los timbres, estado de la silletería y presentación adecuada de los conductores. “Si van a subir el pasaje, que mínimo haya garantías. Pero ni eso”.
La intervención también tocó la falta de compromiso institucional. Rivera y otros líderes señalaron al actual secretario de movilidad, Rodolfo López, por su presunta pasividad ante las irregularidades. “Él tiene funcionarios, no tiene que hacer todo solo, pero ni uno se ve en las calles verificando si las rutas se cumplen. Se limitan a escuchar a la comunidad y ya”, reclamó.
Por su parte, otros líderes comunitarios, como Darío y Luis Fernando, respaldaron las denuncias de Rivera, coincidiendo en que las decisiones sobre el transporte parecen estar influenciadas por intereses privados de algunos empresarios que habrían apoyado campañas políticas. También expresaron que, aunque muchos cuentan con vehículo propio, en ocasiones deben recurrir al transporte público, y se encuentran con las mismas deficiencias que los demás ciudadanos.
Los reclamos concluyeron con un llamado directo al alcalde Alexander Baquero para que tome medidas urgentes. “Ya tienen año y medio de mandato. No pueden seguir diciendo que todo es culpa de la administración anterior. Ustedes también adquirieron responsabilidades y la gente ya no aguanta más”, sentenció Rivera.
La comunidad, representada en estas voces, exige no solo mejoras inmediatas en el servicio de transporte colectivo, sino también una reestructuración del modelo de control y supervisión por parte de la Secretaría de Movilidad. Los ciudadanos esperan que este tipo de denuncias no queden en el olvido y que se traduzcan en acciones concretas que dignifiquen el uso del transporte público en Villavicencio.