Por Esteban Tróchez
Hace ya casi una semana la Corte Constitucional declaró inexequible el proyecto de ley de cadena perpetua para violadores y asesinos de niños que ya había sido aprobada en el Congreso y tenía apoyo del Gobierno nacional, y lo cierto es que esa iniciativa va en contra vía de la Constitución política, dejando de lado que es una alternativa que no soluciona de fondo el problema de este tipo de agresiones contra los niños, de que va en contra de la resocialización de los detenidos en las cárceles y que, como dijo la corte “es un retroceso en el proceso de humanización de las penas y de política criminal”
Según varios de los magistrados esta iniciativa no soluciona el problema de fondo y, por el contrario, incurre en algo llamado “populismo punitivo”, recordemos que esta iniciativa se convirtió en una de las banderas del Centro Democrático y del gobierno nacional. Además, el fin de esta propuesta es castigar, no prevenir, por lo cual no tendría una incidencia directa en la disminución de estos casos, y como dijo la corte, va en contra de uno de los principios de un Estado Social de Derecho que es “la resocialización de la persona condenada es el fin primordial de la pena privativa de la libertad intramural”.Y aunque el presidente diga lo que diga –ya sabemos que no es que le guste respetar mucho la separación de poderes-, la decisión es de lo más coherente en torno a la Constitución política, además de que, como ya se ha dicho mucho, no se debería hacer política con la integridad y la seguridad de los niños, porque eso era esta ley, u intento de campaña política de determinados sectores que utilizan el sentimiento para ganar adeptos. Los niños son individuos que para la mayoría de la sociedad colombiana son intocables, y en el momento en el que se habla de un tema de estos, toca la fibra, mueve emociones y, por lo tanto, genera un fanatismo desde ciertos sectores. Esta norma es la viva imagen de lo que es el populismo, dar soluciones fáciles a problemas difíciles y presentarlas como si fueran la “última Coca-Cola del mundo”.
Con esta decisión la Corte Constitucional demostró cuál es su papel en Estado Social de derecho, que es proteger la constitución y evitar que este tipo de actos populistas lleguen a ser tomados en serio.