El puente que comunica el barrio Yambitará con Aida Lucía, en el nororiente de Popayán, es un auténtico ‘atracadero’. Y todo el mundo lo sabe. A determinadas horas no se debe transitar por ese paso. El riesgo a que te salgan dos o tres hampones y te quiten lo que llevas encima es alto, es casi un certeza, como la de estar vivos. Este tramo se ha convertido en una especie de ‘oficina’ de pelafustanes, que bajan a ‘trabajar’ cuando necesitan o cuando les aprieta las ganas de vicio. Los vecinos han aprendido a convivir con este flagelo. Lo único que pueden hacer es tomar medidas de prevención, pues casi siempre están a merced de estos sinvergüenzas.
Todo el mundo lo sabe
Si lo sabe bien la gente, seguro también lo saben las autoridades. Pues debe haber decenas de denuncias por hurto. O es que tal vez la gente ya es escéptica y prefiere no desgastarse en trámites que no van a conducir a ningún sitio. El puente al que nos referimos es uno de los tantos puntos rojos que existen en la ciudad de Popayán. Debe haber estadísticas, por supuesto. Patrones de hurto. Horarios, días, modalidades. Los delincuentes seguros son los mismos de siempre. Hasta deben ser conocidos de la gente y de la Policía. ¿Y? No pasa nada. Aunque un juez de la República los deje libres al siguiente día, debería organizarse una redada, una operación de inteligencia.
Que se les vea la cara
Debería haber un señuelo, una trampa, un anzuelo. Judicializarlos, que se les vea la cara, que les tomen fotos. Que los medios puedan decir: “estos son los que roban en el puente de Aida Lucía”.En estos días hubo un fleteo. Al parecer a un ciudadano lo interceptaron en ese puente y le quitaron una cifra millonaria. Se ve un grupo de delincuentes en motos. Actúan con total libertad, cambian de rumbo, huyen impunemente. Eso es lo que se lee en las imágenes.
Ojo, que por aquí roban
En estos días dos jóvenes reporteros de esta casa acudieron a un evento en el barrio Alfonso López. Una jornada de atención a habitantes de calle. Un poco inexpertos se metieron por donde no debían y se atemorizaron con el panorama. Vicio, gente armada, hostilidad. Finalmente llegaron al sitio. Para salir le preguntaron a los agentes por donde salír de manera segura. Sorprendentemente les respondieron con un sarcasmo un poco fuera de lugar. ¿Quieren salir con moto o sin moto? Mucho cuidado que por aquí los roban.
Jair A. Dorado
