Comentarios y una mala impresión dejó el alcalde de Popayán, Juan Carlos López, en la jornada del 31 de octubre para celebrar la fiesta de disfraces, al no ofrecer nada para los miles de niños que acudieron con sus padres al centro de la capital caucana.
El mandatario, junto con las familias de quienes trabajan al interior del Centro Administrativo Municipal, organizaron una tarde amena para ellos y sus hijos. Espacio del cual el propio mandatario mostró su orgullo al exhibir fotografías de las actividades en donde hubo recreacionistas y otras cosas para alegrar el momento a chicos y grandes en medio del contexto por el hallowen.
Nada para los demás
No obstante el evento organizado al interior de la alcaldía con las familias de los funcionarios y colaboradores de la administración, afuera en la ciudad, la misma administración no pensó en ofrecer algo para los miles de niños y sus familiares que año tras año llegan al centro de la ciudad atraídos por los festejos de una fecha que se celebra en buena parte del mundo occidental.
Contrario a lo que recibieron los hijos de los servidores públicos en la tarde de festejo con el alcalde, a los hijos de muchos trabajadores de a pie en Popayán les tocó recibir la intensa lluvia que azotó a la Ciudad Blanca entrada la tarde y cuando más afluencia de público se agolpaba en las calles antiguas de la ciudad colonial. En el parque Caldas no hubo ni siquiera una tarima como lo constató este medio.
Tampoco hubo animadores o recreacionistas para dar vida a una fecha familiar en donde el centro de atención siempre son los niños, por lo que una señora se atrevió a decir que ‘ni siquiera hubo un payaso’, tal como lo atestiguó este medio, presente dentro del río humano que corría igual de intenso con la lluvia.
Finalmente la noche llegó con la lluvia cediendo y chicos y grandes se las apañaron para hacerse la fiesta sin tarima de la alcaldía, los dulces del alcalde y los magos pagados con recursos oficiales que no alcanzaron a pasar los portones del CAM.