Comercio: se deben aprovechar las oportunidades en América Latina

Los cambios en la dinámica del comercio global convirtieron a América Latina en pieza clave en el rompecabezas de las cadenas de suministro.
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De acuerdo con un informe del McKinsey Global Institute (MGI) llamdo Geopolitics and the geometry of global trade, el comercio global está cambiando y América Latina tiene una oportunidad real de redefinir su lugar en la economía mundial. 

Según el estudio, si bien Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de América Latina, las relaciones con Asia se están volviendo cada vez más relevantes. Particularmente, la participación de China en las importaciones y exportaciones de la región ha crecido exponencialmente en las últimas dos décadas, y las economías del sudeste asiático han emergido como destinos estratégicos para los productos latinoamericanos.

Olivia White, Socia Senior y Directora de MGI, aseveró que “la región necesita una estrategia clara que apueste por la diversificación, la modernización de sus infraestructuras y una política comercial más agresiva y bien negociada”.

Agregó que “el potencial está ahí. Lo que falta es la voluntad para convertirlo en una ventaja sostenible. Si América Latina no toma decisiones estratégicas ahora, el riesgo es que esta reconfiguración del comercio global no sea una oportunidad duradera, sino solo un espejismo”.

Comercio y América Latina

De igual forma, destaca McKinsey Global Institute, aprovechar la nueva geometría del comercio global requerirá más que solo diversificación. La región enfrenta importantes desafíos en materia de infraestructura logística y eficiencia regulatoria, tema que se extiende a Colombia.

México, por su parte, ha sabido capitalizar su cercanía con Estados Unidos gracias a tratados comerciales y una infraestructura más desarrollada. No es coincidencia que el país se haya convertido en un jugador clave dentro del fenómeno del nearshoring, atrayendo inversiones que buscan relocalizar sus cadenas de suministro en entornos más estables y cercanos a sus mercados de consumo.

Otro punto crítico es la regulación. América Latina tiene uno de los entornos regulatorios más complejos y burocráticos del mundo, lo que frena la inversión extranjera y local. Si la región quiere consolidar su papel en el comercio global, necesita urgentemente políticas más ágiles y predecibles que fomenten la integración comercial y la competitividad empresarial.

White aseveró “los cambios en la dinámica del comercio global convirtieron a América Latina en una pieza clave en el rompecabezas de las cadenas de suministro, ya que la región ha experimentado una diversificación en sus relaciones comerciales. Esto supone una oportunidad para consolidar su presencia en la economía global”.