En el corazón de Jenesano, un municipio boyacense reconocido por su tranquilidad y paisajes, Edison Fernando Gómez Pulido ha logrado algo poco común: convertir residuos en verdaderas obras de arte. Nacido en Ramiriquí, pero residente de toda la vida en Jenesano, este artista autodidacta ha encontrado en los materiales desechados una forma de expresión, trabajo y enseñanza.
Su trayectoria comenzó en Bogotá, donde se trasladó para trabajar como ayudante de soldadura. Allí, durante su tiempo en los talleres capitalinos, aprendió las técnicas básicas del oficio que hoy son fundamentales en su arte. Con la llegada de la pandemia, Edison regresó a su pueblo natal. Fue entonces cuando, aprovechando los restos de obras de construcción, surgió la idea de crear esculturas con elementos como madera, piedra y metal, todos reciclados.
Desde entonces, su taller ubicado en el municipio se ha convertido en un espacio de creatividad constante. En ese lugar da forma a figuras de todo tipo, desde animales hasta personajes icónicos. Actualmente, trabaja en una escultura a escala real de Don Quijote, de aproximadamente 1,90 metros de altura.
Uno de sus logros más destacados ha sido la fabricación de un prototipo de motocicleta Harley Davidson, adornada con una libélula metálica. Esta pieza fue adquirida por un coleccionista árabe y hoy se encuentra exhibida en El Poblado, Medellín. Edison sueña con realizar esculturas de gran tamaño para embellecer parques municipales y promover el arte desde lo ambiental.
Además de ser creador, también es formador. Actualmente trabaja con su sobrino y está enseñando a dos personas interesadas en el oficio. Él mismo recolecta materiales de talleres, recibe donaciones de quienes ya conocen su labor y, en ocasiones, también compra insumos para sus piezas.
Sus obras son completamente artesanales. Cada proyecto comienza con una idea que pasa a boceto, luego a un plano con medidas, y finalmente se inicia el proceso de ensamblaje. Sin maquinaria sofisticada, cada escultura se construye con dedicación y esfuerzo manual.
Aunque no ha recibido apoyo institucional, su trabajo es reconocido por su aporte ambiental y cultural. Desde su local en el parque principal de Jenesano, Edison no solo comercializa arte: ofrece una nueva forma de ver el reciclaje como una oportunidad para crear, enseñar y transformar.