«El Centro Carter ha presentado su informe final sobre las elecciones presidenciales de Venezuela celebradas el 28 de julio, reiterando su conclusión inicial de que estos comicios no cumplieron con los estándares internacionales de integridad electoral y, por ende, no pueden considerarse democráticos. En el informe, el organismo con sede en Washington denuncia una serie de irregularidades que afectaron gravemente el proceso electoral, comenzando por la falta de transparencia en el anuncio de los resultados, que, según el Centro, se caracterizó por una aparente falsificación de los mismos. Además, las autoridades venezolanas fueron incapaces de cumplir con condiciones esenciales para una elección democrática, como un marco legal imparcial y un organismo electoral transparente, lo que generó un ambiente de desconfianza.
El informe también subraya la represión de la oposición política, la falta de libertad para que partidos y candidatos hicieran campaña, así como las restricciones a los medios de comunicación para informar sobre los comicios. En este contexto, el Centro Carter recalca que no hubo una competencia equitativa ni oportunidades plenas para observar el proceso de forma imparcial.
Otra de las graves irregularidades señaladas es la suspensión de las auditorías poslectorales, que podrían haber permitido verificar los resultados y las denuncias de un presunto ciberataque al sistema electoral, situación que nunca fue aclarada. El organismo también apunta que, a pesar de las acusaciones de fraude, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no entregó los resultados a través de medios alternativos, lo que aumentó la opacidad del proceso.
Como recomendación final, el Centro Carter insiste en que las autoridades venezolanas deben permitir una revisión independiente, exhaustiva y transparente de los resultados de las elecciones, ya que la falta de verificación externa constituye una grave violación de los principios electorales y de los derechos fundamentales de los venezolanos.»
