Nos parece menos grave que se haya descubierto un matadero ilegal de equinos a las afueras de Popayán, que el hecho de que el descubrimiento no lo hayan realizado las autoridades. Algo no están haciendo bien entonces, pues si no es porque unos carretilleros, preocupados por el robo sistemático de estos animales, tiraran de la cuerda hasta hallar la finca donde eran sacrificados, entonces seguramente esa carne estaría en la mesa
o en el estómago de muchos payaneses en este momento.
Mercado negro de carne
Hay que decir que la carne equina contiene importantes cantidades de ácidos grasos mono y poliinsaturados. Además, es una fuente valiosa de minerales, aminoácidos esenciales (lisina, leucina y arginina) y no esenciales (ácido glutámico, ácido aspártico y alanina). Es decir que es apta y beneficiosa para el consumo humano, sin embargo esta, como es natural, debe ser tratada en unas condiciones sanitarias, y los animales deben estar sanos.
No es la primera vez que en Popayán se decomisa carne de equino y de vacuno por fuera de las condiciones sanitarias exigidas para su sacrificio y consumo. De hecho, siempre se ha dicho que existe un mercado negro de carne en la capital caucana, que no pasa por controles fitosanitarios y del que se benefician, especialmente vendedores formales e informales. Carne barata que genera ganancias a costa de riesgo para la salud de los consumidores.
El chuzo callejero
El problema es que a veces el consumo de cualquier tipo de alimento no tiene un impacto inmediato en la salud, este se puede ir evidenciando con el tiempo, mucho después de que uno se haya comido un chuzo callejero, o una bandeja en cualquier sitio. Comer en la calle, ya sea a la carta o en un puesto de fritanga, siempre entraña un riesgo. El trabajo de las autoridades sanitariaebe intentar minimizar este peligro potencial.
Teniendo en cuenta que se aproxima diciembre, un mes de mucho consumo, es muy necesario que se intensifiquen estos controles, no solo en plazas de mercado, ni en el comercio informal, sino también en plazoletas de supermercados, en restaurantes costosos, pues el precio de las comidas y el ambiente, no necesariamente corresponde con el celo por la bioseguridad y la limpieza.