Popayán tiene un caos de tránsito como todo el mundo sabe, por una razón estructural de escasez de vías y un crecimiento sostenido del número de vehículos que circula en la ciudad. Pero también hay una razón que dispara ese desorden: la violación a las normas de parqueo. No hay nadie que controle los vehículos mal parqueados, especialmente en las angostas calles del Centro y sectores aledaños, lo que hace más problemática la movilidad y genera mayor riesgo de accidentes.
La carrera Once
Solo por dar un ejemplo, la carrera Once a la altura del edificio de Mundo Mujer, en el barrio Valencia, con circulación en doble sentido es muy peligrosa porque los vehículos aparcados a ambos lados de la vía dejan poco espacio para la circulación y además disminuyen la visibilidad de los conductores. Varios accidentes se han presentado en las intersecciones de la Once, con las carreras Séptima, Sexta Quinta y Cuarta. Además de parquear donde les da la gana hay muchos conductores que parquean en las esquinas, en las intersecciones, generando un gran peligro sobre todo donde no existen semáforos, pues los conductores necesitan avanzar unos metros para poder ver a los conductores que circulan por la carrera y muchas veces generan accidentes.
Sin autoridad
Ciclorrutas y ciclovías también sirven de parqueadero improvisados en varios sectores de la ciudad. Ante la ausencia de autoridad efectiva de Tránsito la gente se ha vuelto más temeraria, no le importa ir en contravía, pasar semáforos en rojo o circular por encima de la velocidad permitida.
Pista de velocidad en el Valencia
La imprudencia campa en muchos barrios, por ejemplo la calle Séptima y la Sexta, en el mismo barrio Valencia se ha convertido en la pista de prueba de los talleres de motos. Circulan estos vehículos a toda velocidad, temerariamente en un sector que es residencial donde a menudo caminan niños y personas de la tercera edad. El día que un energúmeno de estos que prueba la potencia de sus motos en estas calles no alcance a frenar por un peatón que camine desprevenidamente, va a suceder una tragedia.