El centro de Texas vive una de sus peores tragedias naturales tras el desbordamiento repentino del río Guadalupe, que arrasó con viviendas y un campamento de verano cristiano para niñas, conocido como Camp Mystic. La inundación, provocada por lluvias torrenciales que cayeron en pocas horas, ha dejado un saldo trágico de al menos 24 muertos, entre ellos nueve niños, y unas 20 niñas desaparecidas, según confirmaron las autoridades locales y federales.
Twenty-seven people are confirmed dead in the Texas flooding, with many others still missing, including 27 girls from Camp Mystic on the Guadalupe River, Kerrville city manager Dalton Rice said at a news conference.💔 pic.twitter.com/AftGLET7ez
— Republicans against Trump (@RpsAgainstTrump) July 5, 2025
El incidente ocurrió en la madrugada del viernes cuando el río Guadalupe se elevó abruptamente, aumentando su nivel hasta los nueve metros en menos de una hora, sorprendiendo a los residentes y campistas.
Good morning. Please keep Texas in your prayers—especially the flood victims, the missing, their families, and the first responders searching for them.
— ꜱǫʏʟᴀʀᴋ (@Kralyqs) July 5, 2025
Tragedy in Texas: Flash floods along the Guadalupe River have taken 13 lives. 23 young Christian girls from Camp Mystic are… pic.twitter.com/nH5QJz9Mc6
La fuerza del agua arrasó con vehículos, casas y estructuras del campamento, dejando a muchos atrapados y a decenas desaparecidos.
Please pray for these missing girls and their families 🙏🏼
— 🌸 Digi Gal (@DigitalGal_X) July 5, 2025
23 girls are missing from Mystic Christian Summer Camp in Hunt, Texas, following severe flooding in the area, according to Lt. Gov. Dan Patrick. pic.twitter.com/DDhpX83y0I
El sheriff del condado de Kerr, Larry Leitha, informó que la mayoría de las víctimas fatales se registraron en esta zona, y que la búsqueda de las niñas desaparecidas continúa con la ayuda de helicópteros, drones y equipos de rescate.
Camp Mystic, ubicado en Hunt, Texas, es un campamento cristiano para niñas que quedó incomunicado tras la inundación, sin electricidad, agua potable ni acceso vial. Mientras tanto, otros campamentos cercanos como Camp Waldemar y Camp La Junta confirmaron que sus asistentes y personal están a salvo, aunque la incertidumbre persiste en toda la región afectada.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, junto con el vicegobernador Dan Patrick, declararon estado de emergencia y coordinaron esfuerzos de rescate que ya han evacuado a más de 237 personas, muchas de ellas por aire. El presidente Donald Trump calificó la tragedia como «terrible» y prometió apoyo federal para enfrentar la emergencia.
El fenómeno meteorológico que causó esta catástrofe fue una tormenta intensa que dejó precipitaciones de hasta 17 centímetros en pocas horas, saturando el suelo y provocando el rápido desbordamiento del río. La alerta de inundación se emitió pocas horas antes del desastre, pero la velocidad y magnitud del aumento del agua dificultaron la evacuación oportuna.
Mientras tanto, la comunidad local y organizaciones benéficas han comenzado campañas de ayuda para apoyar a las familias afectadas y a las autoridades que trabajan en la búsqueda y rescate. La tragedia ha conmocionado a Texas y a todo Estados Unidos, que sigue de cerca las labores para encontrar a las niñas desaparecidas y brindar asistencia a los damnificados.
Este desastre se suma a una serie de eventos climáticos extremos que han afectado recientemente a Estados Unidos, como las inundaciones en Kentucky que dejaron ocho muertos y miles sin electricidad a principios de año, y las tormentas severas que golpearon otras regiones del país. La frecuencia e intensidad de estos fenómenos ponen en alerta a las autoridades sobre la necesidad de mejorar la prevención y respuesta ante emergencias climáticas.
En resumen, la inundación en Texas es una tragedia que ha cobrado la vida de decenas de personas y mantiene en vilo a una comunidad que espera respuestas y ayuda urgente para las niñas desaparecidas en Camp Mystic. Las labores de rescate continúan mientras el río Guadalupe comienza a bajar su nivel, pero la devastación y el impacto humano serán recordados como uno de los peores desastres naturales en la historia reciente de Texas.