VIOLENTO SICARIATO 

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El ataque dejó un total de 2 muertos y 1 herido por arma de fuego

Una noche de terror vivieron los habitantes de un sector al sur de Bogotá el pasado jueves 10 de abril, cuando aproximadamente a las 9:00 p.m. se registró un ataque sicarial que dejó como saldo dos personas muertas y una más gravemente herida. El hecho ocurrió en una zona residencial donde la tranquilidad ha sido reemplazada, desde hace meses, por la zozobra causada por enfrentamientos entre bandas delincuenciales que operan con total impunidad.

Según relataron testigos, las víctimas caminaban por una vía pública cuando fueron interceptadas por dos hombres que se movilizaban en una motocicleta. Uno de los sicarios, sin mediar palabra, abrió fuego. Las tres personas intentaron correr para salvar sus vidas, pero fue inútil. Las balas impactaron de manera certera, y en pocos segundos, dos cuerpos quedaron tendidos en el pavimento ante la mirada horrorizada de los vecinos, que huyeron despavoridos.

Uno de los fallecidos fue identificado como Leivedersito Brawn, oriundo de Cartagena. La segunda víctima, según información preliminar de la comunidad, sería un hombre de nacionalidad venezolana cuya identidad aún no ha sido confirmada por las autoridades. La tercera persona, que resultó herida de gravedad, fue trasladada de inmediato a un centro asistencial, pero versiones no oficiales aseguran que falleció horas después debido a la gravedad de las heridas, aunque esta información aún no ha sido confirmada de manera oficial.

Habitantes viven bajo amenaza constante

Los habitantes del sector aseguran que este no es un hecho aislado. Según denuncias de la comunidad, en la zona se vive una disputa entre grupos criminales por el control territorial, especialmente relacionado con actividades de microtráfico. La violencia ha ido escalando, y con ella, la percepción de abandono por parte de las autoridades.

Ya no pueden salir tranquilos ni a la tienda. En la zona se han reportado asesinatos a plena luz del día y durante la noche sin que se vean acciones contundentes. Residentes indican que, aunque llaman a la Policía, las respuestas llegan tarde o simplemente no llegan, lo que aumenta la sensación de desprotección.

Lo más preocupante, según líderes comunitarios, es que no hay presencia institucional constante ni estrategias claras de seguridad. Señalan que se sienten atrapados en medio de una guerra silenciosa donde la institucionalidad no responde con eficacia. La inseguridad se ha vuelto parte del día a día y muchos ciudadanos aseguran que viven en total abandono.

Los responsables del ataque lograron escapar antes de que llegaran las patrullas de la Policía, que minutos después acordonaron la zona y recogieron evidencias. Por ahora, no se conocen capturas ni avances significativos en la investigación. Aunque las autoridades manejan la hipótesis de un ajuste de cuentas entre bandas, la falta de resultados alimenta la desesperanza de los ciudadanos.

El Distrito aún no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre este nuevo hecho de violencia, que se suma a una larga lista de homicidios que se han registrado en lo corrido del año en diferentes localidades de Bogotá. La comunidad exige respuestas urgentes y contundentes. Dicen que no quieren más comunicados sino resultados reales que les permitan volver a vivir sin miedo.