
La insistencia de la vicepresidenta de la República, Francia Márquez para que en Colombia se despenalice de una vez por todas la hoja de coca, genera como es natural, una enorme controversia. Todos sabemos los gigantescos daños que el narcotráfico le ha causado a nuestro país. Ahora, desde Consejo Nacional de Estupefacientes, hay indicios muy claros que se busca legalizar los cultivos de coca de los pequeños cultivadores. Eso sería abrirles las puertas a las narcotraficantes para que puedan comprar la droga de manera legal.
Incremento
Desde el año pasado y en este primer trimestre del 2023, es evidente un gran incremento en el envío de cocaína desde Colombia a Estados Unidos. Nos enfrentamos entonces a una delicada disyuntiva, puesto que el presidente de la República, Gustavo Petro y su vicepresidenta, Francia Márquez, comparten el riesgoso punto de vista de la legalización de las drogas. Se trata de un objetivo del Gobierno Nacional, enmarcado en la política de Paz Total.
Francia Márquez
Al respecto, la vicepresidenta de la República, Francia Márquez textualmente señala que “Se ha estigmatizado el uso tradicional de las comunidades étnicas de la hoja de coca y que ha generado muerte en los territorios, creo que llegó el momento de poner de manera sincera el debate de despenalizar el uso de la hoja de coca en los territorios étnicos y en los territorios indígenas y seguir criminalizando el uso de la hoja de coca no le va a permitir a Colombia el logro de la ‘paz total’, porque sabemos que ha sido esa política criminal, racial, que nos tiene sufriendo una crisis humanitaria”.
Consumo
En ese sentido, nos resultan interesantes las recientes declaraciones del Embajador de Colombia en Estados Unidos, Luis Gilberto Murillo. Respecto a este tema afirmó que en Norteamérica debe haber más acciones para frenar el consumo de cocaína. Las intenciones, por parte del Gobierno Nacional, para hacer un drástico cambio en las políticas antidrogas son buenas. Pues involucran a la paz, pero consideramos que los graves antecedentes que rodean a Colombia en el delicado tema del narcotráfico, pueden en un momento dado hacer realidad el adagio de “fue peor el remedio que la enfermedad”.